La comunicación corporativa «al peso» está de vacas flacas. Cuando empecé a trabajar en esto era una auténtica gozada mandar una nota de prensa a la agencia EFE porque, si la pasaban como teletipo, te asegurabas el impacto en cientes de webs. Eran páginas que no se leía nadie, pero a los jefes y a los clientes les parecía estupendo ver un clipping con cientos de páginas. A nadie le importaba contar historias memorables, simplemente porque no hacía falta para ganar dinero. Sin embargo, el ecosistema mediático está cada vez más saturado y, sobre todo, los periodistas de los medios están cdaa vez más hartos de las agencias y departamentos PR (las relaciones públicas).
La Comunicación de las empresas no puede seguir funcionando como un altavoz más para decir lo buenos que somos. Para eso está la publicidad. El último estudio de Mediaddress es un baño de realidad: el 73% de los periodistas considera irrelevantes los comunicados de prensa que recibe. Y no es por exceso de trabajo o falta de tiempo —solo el 30% alega esa razón—, es porque los contenidos no les aportan nada Yo me atrevería a decir que, más que nada, les hacen perder el tiempo.
Este informe es una brújula para quienes creemos que el PR no va de gritar más alto, sino de aportar algo valioso a la conversación. Si lo que envías no tiene una visión de mercado, una historia que conecte o un análisis que enseñe algo, no esperes cobertura. Porque, como decía Ortega y Gasset, “la claridad es la cortesía del filósofo”, y también del buen comunicador.
Estrategia antes que entusiasmo
Antes de ponerte a escribir notas de prensa como churros, párate y piensa: ¿qué papel juega el PR dentro de tu estrategia global? Porque si lo que quieres es vender, usa la publicidad, que para eso está. Un anuncio puede gritar “compra esto” sin problema. Pero si pretendes que un periodista escriba sobre ti, primero tienes que tener algo que decir.
El PR es una carrera de fondo. No se trata de estar todos los días en medios, sino de estar cuando de verdad importa, con una historia que valga la pena. Un buen clipping con 5 impactos en medios de referencia vale más que 50 menciones en portales desconocidos. Menos metralla, más puntería.
El SEO y la reputación también es contar historias
El PR digital, bien hecho, tiene una ventaja estratégica que va más allá de la reputación y de contar historias: mejora el SEO. No estamos hablando solo de marca, sino de negocio. Un artículo en un medio potente, con un enlace a tu web, mejora tu visibilidad en buscadores. Y eso, al final, es tráfico cualificado que puede traducirse en leads.
Por eso es tan importante trabajar con tiempo contenidos que reflejen lo que tu empresa sabe del mercado. No se trata de hacer 15 notas de prensa sobre tus productos, sino de construir una narrativa que aporte valor. Lanzar un producto, salvo que seas Apple —y no lo eres— no es noticia. Pero explicar por qué has desarrollado ese producto y cómo responde a una tendencia del mercado, sí puede serlo.

Escuchar más y titular menos
El estudio de Mediaddress también refleja un cabreo soterrado en las redacciones. Los periodistas están hartos de comunicados con títulos engañosos, contenidos incompletos y enfoques puramente promocionales. El 65% se queja de que la información es pobre, el 42% dice que parece un anuncio. Y lo más llamativo: el 22% de los comunicados ni siquiera incluye una forma de contacto clara. Eso no es falta de estrategia, es dejadez.
Además, si lo que cuentas no da para noticia, tienes las redes sociales. Son ideales para trasladar mensajes más emocionales, construir comunidad o compartir contenidos de marca sin necesidad de pasar por la criba editorial. Pero no confundas canales: lo que no es noticia no lo fuerces en una nota de prensa. No funcionará.
Menos autobombo, más inteligencia (de la artificial también)
El PR no es un canal de ventas. Es un espacio para construir confianza, reputación y autoridad. Y eso no se logra enviando comunicados irrelevantes, sino con estrategia, escucha y contenidos de calidad. Porque, como decía Neil Postman, “la información sin contexto no es conocimiento”. Y un comunicado sin contexto, sin enfoque y sin alma… tampoco es comunicación.
Empieza por ahí. Por construir relatos que valgan la pena. Y deja que los medios hagan lo que mejor saben hacer: contar buenas historias. Si se las das.


