En internet como en el resto de medios de comunicación, lo más importante del mensaje que se emite es saber quienes va a ser el receptor de éste. Sobre todo, porque los discursos son, nos guste o no, un producto que compramos o decidimos ignorar. La tristeza de esta afirmación es que no estoy hablando de comunicación persuasiva como el marketing, sino de información pura y dura, de noticias. Por desgracia, el periodista ya no es esa figura romántica que representaban Larra y Espronceda que se dejaba la vida y la salud en búsqueda de la verdad. Ahora no somos más que fabricantes de productos comunicativos que tienen un target y sólo tienen efecto cuando nuestros lectores, oyentes videntes o internet-lector-oyente-videntes están predispuestos a creerse lo que les contamos.
En el mundo moderno, para comunicar de verdad e incidir en la opinión están de cada uno están sus amigos, sus familiares y sus vecinos. Los demás o son desconocidos o medios de comunicación que hablan de cosas que no interesan (a no ser que la ‘prota’ de Gran Hermano se aumente cinco tallas de busto o que las hijas del presidente del Gobierno se vistan como gente normal en un acto pagado con mis impuestos).
Por tanto, si quieres ser persuasivo en esta vida y no tienes un millón de amigos a los que influir, lo más recomendable es que te especialices en temas del Gran Hermano (éticamente repugnante y profesionalmente el mayor de los fracasos) o hacerte blogger. Los bloggers son una nueva súper raza de hombres y mujeres que no necesitan tener mucha idea de lo que dicen para ser líderes de opinión (eso sí, los hay de todos tipos y colores). Tienen tanto poder que seis de cada diez lectores de un blog dejaría de comprar una marca si su gurú de cabecera habla mal de ella. Así que el mundo del periodismo y de la comunicación política, viendo que estos pobres pardillos tienen mucha más influencia los han prohijado, adoptado, ataído y en algunos casos, contagiado.
Sólo hay que ver la campaña que llevó a cabo Barak Obama para ganar las primarias de su partido y luego las elecciones generales en su país. Este señor y su equipo comprendieron que lo que a la gente le gusta es que le den consejos sus amigos, sus cercanos, sus vecinos, hasta sus enemigos, pero no aceptan lo que les dicen grandes empresas de comunicación o políticos con traje italiano y maletín de cuero. Por esta razón el equipo del entonces senador por Ilinois decidió hacer una campaña puerta a puerta para transmitir el mensaje de su jefe de uno en uno y «estrecharle la mano a todos y cada uno de los americanos». Una propuesta demasiado ambiciosa, ya que el Mr. Obama sólo tiene dos manos y en EEUU hay cuatrocientos millones de pares de manos que estrechar, así que traspasaron esta técnica a internet y encima, la mejoraron.
Obama se dio cuenta de que en internet tenía un público objetivo con el que conversar y convertirse en amigo, un colega. La amistad llegó a ser tan íntima con su electorado que estaban dispuestos a hacer lo que fuera por él. Pero además, el equipo de Marketing del actual presidente del Gobierno norteamericano, fabricó las herramientas para que fuera todavía más fácil ser amigos de Obama.
El verdadero éxito de este señor y su gente fue el de convertir el mensaje político en Marketing. Aunque ésto se llevaba haciendo desde hace muchos años, lo que nunca había habido hasta ahora era una base de datos tan perfecta de los votantes como la que creó el grupo de gente que rodeaba a Obama, un equipo de chavales jóvenes que dominan perfectamente el entorno en el que ellos mismos se mueven para «hablar» con gente como ellos.
Gracias a estas herramientas y a la empecinada obstinación de su equipo en darle a todo el mundo lo que quería en todo momento y casi a costa de lo que fuera con tal de obtener una respuesta a los favores prestados, que Obama recibió unos seiscientos millones de euros en micro donaciones. Con este dinerillo se pudo pagar toda la campaña de publicidad en la tele porque, no nos engañemos, el medio que influye de verdad es la televisión. Internet es el generador de contenidos y conversaciones y la caja tonta es la turbina por la que éstos se difunden en masa.
En fin, que si queremos hacernos ricos en esta vida no hay más que imitar a Obama: escuchar, escuchar, conversar, conversar, saber que quiere tu target, dárselo y ofrecerle la posibilidad de que le encante tanto lo que le das que se muera de ganas por compartirlo. Si a esta receta mágica le introduces las herramientas de Google Adsense para medir tu tráfico y cobrar por la publicidad que metas y consigues crearte otro modelo de negocio a parte, te forrarás y serás influente. Tú ética y tu moral, también cuentan, a no ser que también seas político o de la SGAE, pero esto es otra historia.
Aquí en España, las cosas no son como en Estados Unidos, por es del ‘Espein is difern’ pero como vieron que Obama arrasó con esto de internet, intentaron hacer lo mismo, pero a la española, osea, en plan cutre. Cuando el Gobierno decidió encubrir el asalto a las libertades de internet en una ley económica se les vio el plumero y cuando itnentaron servirse de internet para que los usuarios cayeran en su engaño, les volvió a salir el tiro por la culata. La razón es simple, si no dominas un medio y no tienes a los mejores para ‘asaltarlo’, mejor dedícate a lo que realmente dominas. Si El Gobierno hubiera intentado influir a través de los programas de televisión en los que participan sus actores adeptos o en canciones compuestas por autores de la Sgae, seguro que se hubiera generado mucho menos ruido. En fin, que ni se le puede poner puertas al campo ni decirle a un experto en comunicación cómo puede comunicar cuando tiene un móvil con Twitter integrado en su bolsillo