En este artículo analizamos cómo Canva está desafiando a sus grandes competidores —Microsoft, Adobe y Google— y te contamos el sorteo que lanzamos en MacLucan: un año de Canva Pro gratis para que tú también lo pruebes.
Soy un auténtico friki de probar herramientas desde hace muchos años. Las empresas que siempre me han acompañado han sido Adobe, con su suite de diseño, y Microsoft, líder indiscutible en ofimática. Cada actualización me regalaba horas de pruebas, de descubrimientos y de creatividad.
Recuerdo mi primera presentación en PowerPoint: fue en 1988, hice una presentación con la canción “Aviones Plateados” de El Último de la Fila, y tenía diez años.
Con los años fueron apareciendo herramientas más centradas en el usuario, lejos de los grandes gigantes. Algunas, como DaVinci Resolve (de Blackmagic), han revolucionado el vídeo profesional; y otras, como Canva, están reescribiendo las reglas del diseño, la productividad y la creación de contenido.
Este artículo nace también como un ejercicio interno en MacLucan: queríamos decidir qué herramientas vamos a priorizar. Tras años usando todas, habíamos llegado a una conclusión clara: Canva ya no es una alternativa, es un gigante que amenaza los reinos de Microsoft, Adobe y Google.
Y entonces llegó 2025… y Canva decidió que tampoco le valía con ser un gigante. Lanzó su Creative Operating System, integró diseño, vídeo, documentos, formularios, email y automatización en una sola plataforma, y remató la jugada haciendo Affinity (Photo, Designer y Publisher) completamente gratuito. Adobe respondió con más IA, más integraciones y más plataforma. El tablero vuelve a cambiar.
Canva Pro gratis
Aprovechando este análisis, hemos lanzado un sorteo de un año de Canva Pro gratis. Puedes ver las bases legales del concurso aquí. Participar es muy sencillo:
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Entrarás en un sorteo que se anunciará en nuestra redes sociales el usuario que ha ganado el año de Canva Pro Gratis.
Quién manda en ofimática: Canva vs Microsoft–Google
En el terreno de la ofimática, Microsoft sigue siendo el rey absoluto gracias a su penetración en empresas y su conexión con el sistema operativo más usado del mundo. Excel, Word y PowerPoint siguen siendo idioma oficial en las compañías.
Google Workspace fue el primer gran desafío serio: Docs y Sheets cambiaron la forma de colaborar en tiempo real. Durante años fui un friki de Excel —el trabajo lo requería—, luego pasé a Google Sheets por su facilidad de colaboración. Aun así, si tengo que hacer un análisis serio, sigo volviendo a Excel… aunque cada vez menos, gracias a la IA.
Lo que ha cambiado el tablero en 2025 es que Canva ha dejado de quedarse en la periferia del diseño y ha entrado en el corazón del trabajo diario: documentos, presentaciones y, sobre todo, datos.
En su última keynote, Canva presentó su gran salto: hojas de datos integradas. No solo puedes crear tablas dentro de documentos o presentaciones, sino relacionarlas y generar contenido directamente desde ellas. Por ejemplo, tener un listado de publicaciones y, desde ahí, crear los posts con un clic, automatizando copys, creatividades y formatos.
No pretende ser un Excel. Y ahí está la clave.
Canva Docs + Tablas no compiten en fórmulas avanzadas, macros o análisis estadístico.
Compiten en algo mucho más concreto: transformar datos en contenido visual y publicable.
Puedes crear tablas interactivas, convertirlas en gráficos bonitos en segundos, vincularlas a plantillas y generar decenas de piezas en lote. Las integraciones con Google Sheets, Typeform u otras fuentes permiten que esos datos se actualicen sin que tengas que tocar el diseño.
Si eres financiero, ingeniero o analista, no vas a sustituir Excel ni Google Sheets por Canva.
Si eres marketer, social media, content o trabajas en una pyme que vive de “presentar bien las cosas”, Canva empieza a ser mucho más interesante que un Excel lleno de celdas grises.
Mi sensación a día de hoy es esta:
Excel/Sheets para pensar con números.
Canva para contar historias con esos números.
Edición de vídeo: Adobe vs DaVinci vs Canva (versión 2025)
Durante muchos años Adobe Premiere Pro ha sido el rey indiscutible. Casi todo el sector audiovisual profesional ha girado en torno a su ecosistema, complementado con After Effects, Audition y Media Encoder.
En paralelo, Blackmagic hizo algo que muchos no vieron venir: convertir DaVinci Resolve —una herramienta de color— en un software de edición completo, gratuito en su versión base y más potente que muchos programas de pago. Para quienes venimos del mundo del vídeo profesional, DaVinci se ha convertido en el nuevo estándar de posproducción: estable, con integración total entre edición, color, sonido y efectos, y con una comunidad que crece cada día.
Yo hace un par de años decidí cambiar Premiere por DaVinci, y lo hice por algo muy claro: es una herramienta hecha por y para creadores de vídeo reales, no por ingenieros de software intentando entender el vídeo desde fuera. DaVinci tiene curva de aprendizaje, sí, pero lo que ofrece en control de color, máscaras, composición avanzada o motion graphics ya supera claramente a Adobe. Es el Ferrari de la edición.
Mientras Adobe y DaVinci pelean por el trono profesional, Canva ha elegido otro campo de batalla: ha conquistado el territorio del creador de contenido, el freelance, el community manager o la marca pequeña que quiere producir vídeos sin tener un editor dedicado.
Lo que Canva ha hecho es democratizar la edición de vídeo:
Plantillas listas para redes sociales.
Grabación y edición en el navegador, sin instalación.
Subtítulos automáticos y transcripciones rápidas.
Formatos optimizados para cada red sin pensar en códecs.
Integración con bancos de vídeo, música y efectos por IA.
En 2025 han ido un paso más allá con su “Canva Video 2.0”: ya no es solo cortar y pegar clips, es generar versiones enteras de un vídeo para distintas plataformas casi en automático. No compite en potencia, compite en velocidad y accesibilidad.
Es el equivalente a decir: “tengo que sacar un Reel en 20 minutos y que quede pro”. Y eso, para negocio, pesa más que tener 200 opciones de máscaras anidadas.
Adobe sigue teniendo la corona institucional: agencias, productoras, televisiones… todo el mundo lo conoce, todo el mundo sabe abrir Premiere. Eso sigue pesando. Pero está perdiendo terreno en dos frentes críticos:
Los creadores, que se van a Canva o directamente a herramientas ultrarrápidas tipo CapCut.
Los profesionales avanzados, que se están moviendo a DaVinci Resolve.
El modelo de suscripción, el peso del software y la sensación de que la innovación real llega a cuentagotas le están pasando factura.
Entonces… quién gana en vídeo para mí, en mi día a día?
Si quiero hacer algo profesional donde la edición requiera color, sonido o animaciones complejas, utilizo DaVinci Resolve.
Si quiero un vídeo rápido para redes, donde lo importante es el mensaje y la velocidad, utilizo Canva.
Canva permite realizar acciones que en un software de edición tradicional te llevarían minutos renderizando en pocos segundos y con un simple clic. DaVinci lo hace mejor, pero requiere un proceso más complejo y lento. Depende de lo que necesite uso Canva o DaVinci.
Premiere y After Effects, para mí, ya son historia. Sigo pagando el software, pero después de ver cómo han movido ficha Canva y Blackmagic, cada vez tiene menos sentido mantener esa suscripción.
Diseño gráfico: Adobe, Affinity y Canva se reparten el tablero
Este es, probablemente, el territorio más sensible. Si preguntas a un diseñador clásico, la respuesta suele ser inmediata: “Adobe es insustituible”. Y no es mentira. Pero tampoco es toda la verdad.
Adobe la precisión quirúrgica (y la factura)
Adobe Creative Cloud sigue siendo el estándar del diseño profesional. Photoshop, Illustrator, InDesign… Son herramientas pensadas para un nivel de detalle que Canva todavía no puede igualar, sobre todo en trabajos donde cada milímetro importa.
¿Dónde Adobe sigue siendo claramente más fuerte?
Diseño al detalle y control absoluto: retoque fotográfico avanzado, máscaras complejas, ilustración vectorial de alta precisión, branding completo, empaquetado, tipografía fina.
Diseño no digital: packaging físico, editorial impresa, artes finales para imprenta, materiales que tienen que salir “a máquina” sin sorpresas.
Flujos complejos de producción: proyectos grandes que pasan por varias manos (diseño → retoque → preimpresión → producción).
Eso sigue siendo Adobe. Ahí Canva no compite… todavía.
El problema es el de siempre: precio y fricción.
Adobe es caro. Es una suscripción que, para un freelance o una pyme, duele. Y además requiere máquinas potentes. Trabajar con Photoshop o After Effects en un portátil viejo es básicamente sufrir.
Adobe lo sabe y está intentando defender su posición con funciones de IA integradas (relleno generativo, ampliación de imágenes, edición asistida, variaciones automáticas, etc.). Es su forma de decir: “sigo siendo la herramienta profesional, pero ahora también soy rápida”.
Yo, personalmente, sigo necesitando Adobe Illustrator. Algunas cosas se pueden suplir con Figma, pero aún no he encontrado una alternativa a la altura para vectorizar según ciertos proyectos.
El movimiento inesperado: Affinity gratis
Y en medio de este duelo, Canva hizo algo que nadie veía venir: tras comprar Affinity, convirtió Affinity Photo, Designer y Publisher en herramientas gratuitas.
Traducido:
Si quieres precisión profesional sin pagar la cuota de Adobe, ya no tienes que buscar alternativas raras. Tienes Affinity a coste cero.
Eso coloca el tablero así, de forma bastante clara:
Adobe → máximo control, máxima integración… y máxima factura.
Affinity → precisión profesional sin suscripción.
Canva → velocidad, volumen y consistencia de marca en digital.
La jugada inteligente de Canva es que no intenta que el diseñador “elija bando”. Te está diciendo:
Usa Affinity para la artesanía fina, y Canva para escalar lo que ya has diseñado.
Canva: la velocidad aplicada al negocio.
Canva juega a otra cosa. No es “el diseñador con 20 años de experiencia”. Es “te lo saco hoy y queda bien”.
Ventajas claras de Canva frente a Adobe ahora mismo:
Velocidad y agilidad: abrir, diseñar, exportar. Sin capas infinitas, sin paneles intimidantes.
Hardware sencillo: funciona en navegador. Literalmente puedes crear una campaña desde un portátil normal o incluso una tablet.
Todo en un mismo sitio: imagen, vídeo corto, stories, reels, cabeceras web, presentaciones, mockups… sin cambiar de aplicación.
Consistencia de marca: plantillas compartidas, bibliotecas de marca, tipografías y colores bloqueados para todo el equipo.
Esto es clave para marketing: Canva no es solo una herramienta de diseño, es una herramienta de producción de contenido. Te permite ir de “idea” a “pieza lista para publicar” en el mismo flujo, sin pasar por cuatro profesionales distintos. Eso, para un equipo pequeño, es oro.
Entonces… quién gana en diseño gráfico
Si lo bajamos a tierra:
Adobe sigue ganando en diseño profesional de alto nivel y en todo lo que termina impreso, fabricado o puesto en un lineal físico. Si hay que cerrar un packaging, maquetar un catálogo de 120 páginas o hacer un retoque fotográfico quirúrgico, sigue siendo Adobe.
Affinity se ha convertido en la vía de escape para quienes quieren precisión profesional sin pagar Creative Cloud.
Canva gana en producción de contenido para negocio en digital. Si hay que sacar 40 piezas esta semana para redes, web, paid social, newsletter, reels y presentaciones internas, Canva te lo da más rápido, más barato y sin necesidad de un equipo entero ni de hardware potente.
Y aquí viene la parte estratégica: ese es exactamente el tipo de trabajo donde está el volumen hoy. No en la gran campaña anual, sino en el goteo constante de contenido al que todas las marcas están obligadas.
Resultado del análisis: Adobe mantiene el prestigio. Canva se gana la productividad (y Affinity rompe el empate)
Después de ver cómo se ha movido el mercado en 2025, mi lectura es esta:
Adobe sigue siendo sinónimo de precisión, de producción compleja y de “esto tiene que salir perfecto”.
Canva se ha ganado el corazón del día a día: la productividad, el contenido rápido, la colaboración y la escala.
Affinity, al hacerse gratuito, ha roto el antiguo monopolio de Adobe en la artesanía profesional.
En MacLucan, este artículo forma parte de una decisión muy concreta: a qué herramientas vamos a dedicar nuestro tiempo, nuestro presupuesto y nuestra formación interna.
Y mi sensación personal, después de muchos años de PowerPoints, Photoshops, DaVincis y ahora Canvas es bastante sencilla:
Adobe marcó cómo creábamos.
Canva está marcando quién puede crear… y con Affinity de su lado, le acaba de apretar las tuercas a todo el sector.
Y por eso, antes de cerrar la suscripción de nada, preferimos hacer algo más honesto: regalar un año de Canva Pro y que cada cual saque sus propias conclusiones en su propio flujo de trabajo.


